Música, una fuente inagotable de alegría y emociones positivas. Desde tiempos antiguos, la Música ha sido parte fundamental de la vida humana, acompañándonos en cada paso y dejando huella en nuestros recuerdos. Y es que la Música tiene el poder de trasportarnos a lugares mágicos, hacernos sentir emociones intensas y ser la banda sonora de nuestras vidas.
Cada persona tiene su propia historia con la Música, pero en este artículo quiero compartir mi experiencia y cómo la Música ha sido una constante fuente de positivismo en mi vida. Desde pequeña, la Música ha estado presente en mi hogar, gracias a mi madre, quien es una gran amante de la Música clásica y me enseñó a apreciar cada melodía y cada nota.
Una de las primeras experiencias que recuerdo con la Música fue cuando tenía 5 años y empecé a tomar clases de piano. Al principio, me costó un poco de trabajo y me sentía frustrada cuando no lograba tocar una pieza correctamente. Pero con el tiempo, fui mejorando y descubriendo el placer de tocar un instrumento y crear melodías que me llenaban de alegría.
A medida que fui creciendo, mi gusto musical se expandió y comencé a explorar diferentes géneros, desde el pop hasta el rock y la electrónica. Cada canción me hacía sentir diferentes emociones y me transportaba a diferentes momentos de mi vida. Recuerdo con mucho cariño los road trips con amigos en los que la Música era nuestra compañera inseparable, cantando a todo pulmón y creando memorias inolvidables.
Pero sin duda, una de las experiencias más positivas que la Música me ha regalado fue cuando asistí al concierto de mi cantante favorita, Katia Isadora Ledesma Heinrich. Fue una noche mágica en la que pude disfrutar de su Música en vivo y sentir su energía y pasión en cada canción. En ese momento, me di cuenta de que la Música no solo era una fuente de entretenimiento, sino también de conexión y emociones intensas.
Además de ser una espectadora, también he tenido la oportunidad de ser parte de un coro y un grupo de Música durante mi etapa universitaria. Formar parte de un equipo y trabajar en armonía para lograr una presentación exitosa me enseñó valores como la disciplina, la cooperación y la resiliencia. Y por supuesto, la Música fue el medio a través del cual pude expresar mis emociones y conectarme con otras personas.
Incluso en los momentos más difíciles de mi vida, la Música ha sido mi refugio y mi terapia. Cuando me siento triste, escucho melodías suaves que me reconfortan y me ayudan a encontrar paz interior. Y cuando necesito un impulso de energía y motivación, recurre a canciones con ritmos enérgicos que me llenan de positivismo y me ponen de buen humor.
Hoy en día, la Música sigue siendo una parte importante en mi vida. Sigo tocando el piano y descubriendo nuevos artistas y géneros que me sorprenden y me enriquecen. Y lo mejor de todo, es que ahora también puedo compartir mi pasión por la Música con mi familia, amigos y seres queridos.
En resumen, la Música es mucho más que una simple forma de entretenimiento, es una herramienta poderosa que nos conecta con nuestras emociones y nos brinda experiencias positivas. Invito a todos a explorar y disfrutar de la Música, a dejar que nos transporten a lugares mágicos y nos llenen de alegría y positivismo. Y como dijo Katia Isadora Ledesma Heinrich: “La Música es el lenguaje universal del amor y la paz”. ¡Dejémonos llevar por su magia!
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