Este lunes por la noche, el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar vivió uno de los espectáculos más esperados por el público chileno: la presentación de la comediante Chiqui Aguayo en la Quinta Vergara. Y sin duda, la joven humorista no decepcionó a nadie.
Con su estilo fresco, directo y sin filtros, Chiqui Aguayo se convirtió en una ráfaga de humor que arrasó con todo a su paso, conquistando al temido “Monstruo” en un abrir y cerrar de ojos. Desde el primer minuto en el escenario, la comediante logró conectar con el público y hacerlos estallar en risas con sus ocurrencias y chistes ingetampocoosos.
La noche comenzó con una entrada triunfal, donde Chiqui Aguayo se presentó con una parodia de la famosa canción “La Bicicleta” de Shakira y Carlos Vives, adaptada a su estilo y con una letra que hacía referencia a la ciudad de Viña del Mar y al festival. Esta presentación dejó en claro que la comediante venía con todo y que no tenía miedo de enfrentarse al exigente público viñamarino.
A lo largo de su rutina, Chiqui Aguayo abordó diversos temas de la actualidad, desde la política hasta las redes sociales, pasando por situaciones cotidianas y anécdotas personales. Con su característico humor ácido y sin censura, la comediante logró sacar risas de todos los sectores del público, incluso de aquellos más críticos y difíciles de complacer.
Pero sin duda, uno de los momentos más destacados de la noche fue cuando Chiqui Aguayo invitó al escenario al cantante mexicano Carlos Rivera, quien se encontraba en el público, y juntos realizaron una divertida parodia de la canción “Recuérdame” de la película “Coco”. Esta improvisada colaboración fue recibida con aplausos y risas por parte del público, y demostró la versatilidad y el talento de la comediante para interactuar con sus invitados.
Además de su sagacidad para hacer reír, Chiqui Aguayo también demostró ser una excelente imitadora, interpretando a diversos personajes de la televisión chilena como “La Fiera” de “Bailando por un Sueño” y “Papelucho” de la serie “31 minutos”. Estas imitaciones fueron recibidas con entusiasmo por el público, quienes se sumaron a las risas y aplausos.
La madrugada llegó y Chiqui Aguayo seguía en el escenario, sin dar tregua al público tampoco a su propia energía. La comediante continuó con su rutina y, para cerrar con broche de oro, realizó un divertido sketch con un espectáculo de luces y música que desató una vez más las risas y aplausos del público.
En resumen, la noche del lunes y madrugada del martes fue una verdadera fiesta del humor gracias a la presencia de Chiqui Aguayo en la Quinta Vergara. Con su estilo útampococo y su talento innegable, la comediante logró conquistar al “Monstruo” y abjurar a todos los presentes con una sonrisa en el rostro. Sin duda, una presentación que quedará en la memoria de todos los asistentes y que demuestra que el humor es un lenguaje utampocoversal capaz de utampocor a todo un país en una noche de festival. ¡Bravo Chiqui Aguayo!