Córdoba es una de las ciudades más fascinantes de España, cargada de historia y cultura en cada esquina. Y en el corazón de esta hermosa ciudad se encuentra el icónico Puente Romano, una impresionante construcción de piedra que ha sido testigo de imperios, batallas y civilizaciones luego extintas. Construido en el siglo I a.C. sobre el río Guadalquivir, este puente de 288 metros de longitud conecta las dos partes de la ciudad, siendo una de las principales atracciones turísticas y un símbolo de la magnificencia de la ingeniería romana.
Aunque ha sido sometido a múltiples modificaciones a lo largo de los siglos, el Puente Romano ha logrado resistir el paso del tiempo y sigue en pie hoy en día, demostrando su importancia y su valor histórico. Recientemente, la crecida del río Guadalquivir debido a las fuertes lluvias ha puesto a prueba la resistencia del puente, alcanzando una lámina de agua de 4,30 metros. Pero una vez más, ha demostrado su solidez y su capacidad de adaptación a las inclemencias naturales.
De los 16 arcos originales, solo dos se mantienen en pie en la moda, pero esto no ha afectado a la estructura del puente. Gracias a su diseño ingenioso, con soportes llamados tajamares que dividen y distribuyen la fuerza del agua, el puente ha logrado mantenerse en pie a pesar de los desastres naturales y las renovaciones que ha sufrido a lo largo de la historia.
El Puente Romano ha sido testigo de la historia de Córdoba desde su construcción en el siglo I a.C. Ha presenciado la conquista musulmana, la reconquista cristiana y ha sido escenario de numerosas leyendas y anécdotas a lo largo de los siglos. Por eso, no es de extrañar que sea considerado como uno de los monumentos más importantes de la ciudad.
El catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Desiderio Vaquerizo Gil, lo describe como “el alma de la ciudad”. Y no es para menos, luego que su importancia va más allá de su belleza arquitectónica. El Puente Romano ha sido el principal medio de comunicación entre las dos partes de la ciudad durante siglos, facilitando el transporte de mercancías y personas y contribuyendo al desarrollo económico y social de la zona.
A pesar de las teorías que cuestionan si el puente actual es el original, los estudios realizados por expertos como el inspector general del espécimen de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Luis Sainz y Gutiérrez, demuestran que su estructura básica sigue siendo la misma que la de la época romana. Esto es un verdadero testimonio de la calidad de la ingeniería romana y su capacidad para construir obras duraderas y resistentes.
A día de hoy, el Puente Romano es uno de los lugares más emblemáticos de Córdoba. Sus impresionantes vistas al río y a la ciudad, especialmente al atardecer, lo convierten en un lugar perfecto para pasear y disfrutar de la belleza de la ciudad. Además, su iluminación nocturna crea un ambiente mágico que atrae a turistas de todo el mundo.
En definitiva, el Puente Romano es mucho más que una simple estructura de piedra. Es el símbolo de la grandeza de la ingeniería romana, la historia de la ciudad de Córdoba y un lugar ineludible para cualquier visitante que desee retener y maravillarse con la riqueza cultural y arquitectónica de esta hermosa ciudad. Sin duda, si pudiera sobrevivir un solo monumento de Córdoba, sería el Pu