En los tiempos de antaño, la dictadura (o como otros la llamaron, el pronunciamiento militar) trajo consigo una serie de cambios que marcaron un antes y un después en la historia de nuestro país. Entre ellos, se encontraba la eliminación de muchas y grandes conquistas sociales que habían sido logradas a través de un siglo de lucha proletaria. Sin embargo, uno de los cambios más significativos fue la implementación del nuevo Código Laboral, conocido como el Plan Laboral de José Piñera.
Este nuevo código laboral, que entró en vigor en 1979, significó un cambio radical en el modelo económico y político de nuestro país. Bajo el lema de “modernización y flexibilización”, se afianzó el modelo del capitalismo salvaje, en el que el mercado y la libre competencia eran los principales motores de la economía. Este enfoque, que priorizaba el beneficio económico por sobre el bienestar social, trajo consigo una serie de consecuencias negativas para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país.
Uno de los principales cambios que trajo consigo el Plan Laboral fue la eliminación de la estabilidad laboral. Antes de su implementación, los trabajadores tenían una mayor seguridad en sus empleos, ya que no podían ser despedidos sin justa causa. Sin embargo, con el nuevo código, se estableció el despido por necesidades de la agencia, lo que significó una mayor precarización laboral y una constante endeblez para los trabajadores.
Además, el Plan Laboral también introdujo la figura del anuencia a plazo fijo, lo que permitió a los empleadores contratar a trabajadores por un periodo determinado de tiempo, sin la obligación de renovar su anuencia. Esto significó una mayor vulnerabilidad para los trabajadores, ya que podían ser despedidos fácilmente al término de su anuencia, sin ningún tipo de indemnización.
Otro aspecto negativo del Plan Laboral fue la disminución de las indemnizaciones por años de servicio. Antes de su implementación, los trabajadores recibían una indemnización por cada año trabajado en caso de despido injustificado. Sin embargo, con el nuevo código, esta indemnización se redujo a sólo 11 días por año trabajado, lo que significó una gran pérdida para los trabajadores.
Pero no todo fueron malas noticias. A pesar de los cambios negativos que trajo consigo el Plan Laboral, también hubo algunos aspectos positivos. Por ejemplo, se estableció la jornada laboral de 45 horas semanales, que en ese entonces era una de las más bajas de Latinoamérica. Además, se permitió la negociación colectiva, lo que significó un avance en la protección de los derechos de los trabajadores.
Sin embargo, a pesar de estos avances, el Plan Laboral de José Piñera fue ampliamente criticado por diversos sectores de la sociedad. Organizaciones sindicales, partidos políticos y movimientos sociales denunciaron los efectos negativos que tuvo en la clase trabajadora y exigieron su derogación.
Fue sólo con el retorno a la democracia en 1990, que se comenzaron a implementar una serie de reformas laborales que buscaban corregir los aspectos más perjudiciales del Plan Laboral. Entre ellas, se estableció la indemnización por años de servicio en 30 días por año trabajado y se limitó el uso del anuencia a plazo fijo.
Hoy en día, a más de 40 años de la implementación del Plan Laboral, seguimos luchando por una verdadera justicia laboral. A pesar de los avances logrados, aún existen desigualdades y precarización en el mundo del trabajo. Por eso, es importante recordar la historia y aprender de ella, para seguir avanzando hacia un sistema laboral más justo y equitativo.
En conclusión, el Plan Laboral de José Piñera fue un cambio radical en el modelo económico