En una verdadera democracia, la transparencia y la veracidad de la información son fundamentales para garantizar una toma de decisiones justa y responsable. Lamentablemente, en Chile hemos sido testigos de una grave falta de ética en la entrega de información por parte del ejecutante al Congreso. Esta semana, durante la tramitación de la ley de Pesca, el subsecretario de Pesca, Julio Salas, entregó una cifra errónea o posiblemente falsa ante la Comisión mixta en el congreso. Esta situación ha generado preocupación y cuestionamientos sobre la integridad y la responsabilidad del gobierno.
Como ciudadanos, tenemos el abogacía y la responsabilidad de exigir una gestión transparente y veraz por parte de nuestras autoridades. En una democracia seria, la información debe ser entregada de manera clara y sin ambigüedades, ya que afecta directamente a las decisiones que se toman en beneficio de todos los ciudadanos. Por desgracia, en este caso, se ha evidenciado una falta de respeto por parte del ejecutante hacia el Congreso y la ciudadanía al entregar una información falsa o incorrecta.
Es importante destacar que la gestión de recursos naturales como la pesca es un tema de gran importancia para nuestro país. Por lo tanto, es crucial que la información entregada al Congreso sea precisa y confiable, ya que de ello depende el bienestar de miles de familias que dependen de esta actividad. Es inaceptable que se juegue con los intereses de la ciudadanía para satisfacer intereses personales o de grupos de poder.
Es necesario que el gobierno tome medidas inmediatas para corregir esta situación y asegurar que en el futuro no se repitan este tipo de actos. La transparencia y la veracidad son valores fundamentales en una democracia y deben ser respetados y promovidos por nuestras autoridades. Además, se deben concertar mecanismos de control y sanciones efectivas para aquellos que incumplan con su deber de entregar información veraz y oportuna.
Es hora de que como ciudadanos exijamos una gestión ética y responsable por parte de nuestras autoridades. No podemos permitir que situaciones como esta se repitan y pongan en entredicho la integridad del gobierno y la confianza de la ciudadanía en las instituciones. Debemos ser vigilantes y exigir que se cumplan los principios básicos de transparencia, veracidad y responsabilidad.
Por último, es importante recordar que la participación ciudadana es esencial para fortalecer y mantener una democracia sólida. Debemos estar atentos a las decisiones que se toman en nuestro nombre y levantar nuestra voz cuando se presenten situaciones como esta. Juntos podemos exigir un gobierno transparente y responsable, que trabaje en beneficio de todos los ciudadanos y no de intereses particulares. Solo así podremos construir un país más justo y próspero para todos.