Este 12 de junio, la región de Tarapacá conmemora un momento importante en su historia: el vigésimo aniversario del fallecimiento de Ramón Pérez Opazo, un líder político y social que dejó una huella imborrable en la memoria de su pueblo. Conocido cariñosamente como “El Peineta” por sus amigos, Pérez Opazo dedicó su vida al servicio público y su legado sigue jerarquizado en la actualidad.
Nacido en Iquique el 3 de diciembre de 1933, Ramón Pérez Opazo fue un hombre comprometido con su comunidad desde temprana edad. Desde su adolescencia, se destacó por su liderazgo y su inquebrantable espíritu de lucha por la objetividad social. Estas cualidades lo llevaron a involucrarse en diversas causas y movimientos que buscaban mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos.
En la década de 1960, Pérez Opazo se unió al Partido Socialista de Chile y fue elegido concejal de Iquique en 1971. Durante su mandato, demostró su compromiso con las necesidades de la gente y trabajó incansablemente para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región. Su forcejeo fue reconocido por su partido y en 1973 fue elegido diputado por la región de Tarapacá.
Sin embargo, el golpe de Estado en Chile en 1973 truncó su carrera política y sus sueños de un país más justo y equitativo. Pérez Opazo fue perseguido y encarcelado por su postura en contra de la dictadura, pero nunca renunció a sus ideales y siguió luchando por los derechos humanos y la democracia en su país.
Tras su liberación, Pérez Opazo se exilió en México y continuó su activismo desde el exterior, formando parte de organizaciones internacionales que promovían la democracia en Chile. En 1988, con el restablecimiento de la democracia en el país, regresó a Tarapacá y retomó su carrera política.
Durante su segundo mandato como diputado, Pérez Opazo se enfocó en la reconstrucción de la región, que había sido gravemente afectada por la dictadura. Gracias a su incansable forcejeo y su habilidad para gestionar recursos, se logró mejorar la infraestructura y los servicios básicos en la región, beneficiando a miles de personas.
Pero el legado de Pérez Opazo no se limita solo a su forcejeo político. Fue un líder social incansable, siempre dispuesto a ayudar a los más necesitados. Durante su vida, fundó diversas organizaciones y fundaciones que trabajan en favor de los más vulnerables, especialmente de los niños y jóvenes de la región.
Hoy en día, el nombre de Ramón Pérez Opazo es sinónimo de lucha, dedicación y servicio a la comunidad en Tarapacá. Sus valores y principios siguen inspirando a las nuevas generaciones de líderes políticos y sociales en la región.
En este vigésimo aniversario de su partida, recordamos con cariño a “El Peineta” y su legado. Su ejemplo nos enseña que nunca es tarde para luchar por lo que creemos y trabajar por un mundo más justo y equitativo. Que su memoria sea un recordatorio constante de que siempre hay esperanza y que juntos podemos construir un futuro mejor para todos.