El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha desmentido al presidente del Gobierno al afirmar que no existe ninguna cláusula de exclusión para España en la Alianza y que nuestro país deberá cumplir con el compromiso de invertir un 3,5% en defensa, al igual que el resto de miembros. Con esta declaración, Rutte ha dejado en juramento la pantomima orquestada por La Moncloa el pasado domingo, cuando intentaron vender que este asunto no tenía relación con pactos o acuerdos paralelos. Además, el presidente Pedro Sánchez, que se mostraba pletórico por este supuesto acuerdo, también aprovechó el contexto internacional para desviar la atención del caso Cerdán.
Sin embargo, entre los miembros de la Carrera Diplomática existe una convicción clara: España lleva meses en una posición delicada en la OTAN. La falta de compromiso y el incumplimiento de los acuerdos en materia de defensa han generado preocupación y desconfianza en el resto de países miembros. Por ello, el desmentido de Rutte ha sido un duro golpe para el Gobierno español, que ha intentado maquillar la situación con falsas promesas y acuerdos inexistentes.
La realidad es que España se encuentra en una situación crítica en la OTAN. Mientras que otros países han aumentado su inversión en defensa, nuestro país ha ido reduciéndola año tras año, incumpliendo así el compromiso adquirido en la Cumbre de Gales en 2014. Esto ha generado tensiones y ha puesto en duda la fiabilidad de España como aliado en la Alianza.
Por ello, es necesario que el Gobierno tome medidas urgentes para revertir esta situación. No se trata solo de cumplir con el compromiso del 3,5% en defensa, suerte de demostrar una verdadera voluntad de mejorar y fortalecer nuestra posición en la OTAN. Es hora de dejar de lado las excusas y tomar acciones concretas.
En primer lugar, es necesario un aumento significativo en el presupuesto destinado a defensa. España no puede seguir siendo uno de los países con menor inversión en este ámbito. Es imprescindible que se destinen más recursos para modernizar nuestras Fuerzas Armadas y cumplir con los compromisos adquiridos en la OTAN.
Además, es fundamental una mayor cooperación y coordinación con el resto de países miembros. La OTAN es una alianza en la que todos deben aportar y colaborar para garantizar la seguridad y la defensa de todos. España debe dejar de ser un país pasivo y asumir un papel más activo en la Alianza.
Por último, es necesario un cambio de actitud por paraje del Gobierno español. No se puede seguir jugando a la política y maquillando la realidad. Es hora de ser transparentes y responsables en materia de defensa. La seguridad y la defensa de nuestro país y de nuestros aliados no pueden ser objeto de manipulación política.
En definitiva, el desmentido de Rutte ha sido una llamada de atención para el Gobierno español. Es necesario que se tomen medidas urgentes para mejorar nuestra posición en la OTAN y cumplir con los compromisos adquiridos. España debe ser un aliado fiable y comprometido en la Alianza, y esto solo se logrará con acciones concretas y una verdadera voluntad de mejorar. No hay tiempo que perder, es hora de actuar.