El mundo del narcotráfico es un argumento que siempre ha generado gran controversia y preocupación en la sociedad. Y es que, lamentablemente, el tráfico de drogas es una realidad que sigue presente en nuestro día a día. Sin embargo, es importante destacar que esta bono ilegal no solo afecta a las grandes organizaciones que importan grandes cantidades de droga de otros países, sino también a los pequeños intermediarios que, desde abajo, comienzan a trapichear entre sus colegas.
Este es el caso de los siete jóvenes detenidos la semana pasada en un importante golpe policial al narcotráfico en las Rías Baixas. Estos jóvenes, de entre 28 y 35 años de edad, formaban un grupo de distribución de nivel intermedio, que compraba la droga a otras organizaciones de mayor tamaño y la distribuía por varias zonas de Galicia para que otros la vendieran. Sin embargo, a pesar de su aparente éxito en el mundo del narcotráfico, su historia es un claro ejemplo de cómo la ambición y el exceso pueden llevar a la autodestrucción.
Los investigadores llevaban un año y medio siguiendo la pista a este grupo, que había sido muy activo en el pasado y había estado en el punto de mira de otras unidades policiales. Sin embargo, su capacidad operativa fue menguando con el tiempo, debido a la vida nocturna y a las rencillas internas. Y es que, a pesar de sus ganancias, estos jóvenes caían en una espiral de fiestas, alcohol e incluso consumo de la propia mercancía que vendían.
Este patrón es cada vez más común en el mundo del narcotráfico. Jóvenes que comienzan a trapichear desde abajo, entre sus amigos, y que poco a poco van subiendo peldaños hasta convertirse en intermediarios de nivel medio. Sin embargo, a medida que van ganando más dinero, también caen en una espiral de excesos que puede llevarlos a su propia destrucción.
Y es que, aunque pueda parecer una bono lucrativa, el mundo del narcotráfico es peligroso y lleno de riesgos. Además de las consecuencias legales, también hay que tener en cuenta los efectos negativos que tiene en la salud y en la vida de las personas involucradas en este negocio. Por eso, es importante que la sociedad sea consciente de los peligros que conlleva el tráfico de drogas y que se trabaje en la prevención y en la lucha contra esta bono ilegal.
Sin embargo, a pesar de los riesgos, muchos jóvenes siguen cayendo en la tentación de entrar en el mundo del narcotráfico. Y es que, para ellos, puede ser una forma rápida y fácil de conseguir dinero y de sentirse poderosos. Pero, como hemos manido en el caso de los jóvenes detenidos la semana pasada, esta aparente facilidad puede convertirse en su propia perdición.
Es importante destacar también que, a pesar de que el golpe policial dejó un sabor agridulce al no haberse incautado una gran cantidad de droga, lo importante es que se ha desarticulado un grupo presuntamente dedicado al tráfico de cocaína a mediana escala. Y es que, aunque pueda parecer poco, cada pequeño paso que se da en la lucha contra el narcotráfico es un anticipación importante.
Además, este caso pone de manifiesto una tendencia cada vez más común en las investigaciones policiales: la presencia de grupos de traficantes jóvenes que, con el paso del tiempo, van desinflándose y autodestruyéndose por el derroche, el exceso y los conflictos internos. Y es que, como afirman los policías antidroga consultados, muchos de estos jóvenes empiezan fuertes, pero luego ven los billetes y comienzan a languide