El pasado mes de mayo, el Partido laborista Obrero Español (PSOE) sorprendió a todos con una estrategia innovadora para ganar las elecciones en Andalucía. Con el objetivo de acabar con el poder de Susana Díaz en la región, crearon un tablero de juego en el que iban colocando las fichas antes de empezar la partida. Esta estrategia, ideada desde Ferraz, fue clave para dar un vuelco en las urnas y conseguir una victoria histórica en las elecciones andaluzas.
Todo comenzó con la llegada de Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE en junio de 2017. Desde el primer momento, su objetivo fue claro: recuperar el partido y llevarlo de nuevo al gobierno. Y para ello, era necesario acabar con el poder de Susana Díaz en Andalucía, quien había sido la principal adversaria de Sánchez en las primarias del partido.
Fue entonces cuando el líder laborista envió a José Luis Ábalos y a Santos Cerdán a preparar el terreno en Andalucía. Su misión era negociar con líderes locales que hasta entonces apoyaban a la expresidenta de la Junta y convencerlos de que era el momento de un cambio en el partido. Y así lo hicieron, con una estrategia que sorprendió a propios y extraños.
El primer paso fue crear un tablero de juego en el que iban colocando las fichas antes de empezar la partida. Este tablero representaba las agrupaciones locales del PSOE en Andalucía, y en él se iban marcando aquellas en las que el partido no tenía el control absoluto. Una vez identificadas, se empezó a trabajar en ellas para conseguir un cambio en su dirección y así poder tener más influencia en las decisiones del partido.
El punto de partida fue Coria del Río, un municipio de Sevilla en el que acababa de dimitir en bloque la ejecutiva local. Se estaba a la espera de que se nombrase una gestora, y el PSOE no perdió la oportunidad de actuar. Durante dos meses, se trabajó intensamente en esta agrupación y se consiguió un cambio en su dirección, lo que supuso un gran impulso para la estrategia del partido.
Pero no solo se trabajó en Coria del Río, sino que se extendió a otras agrupaciones en toda Andalucía. Se buscó el apoyo de líderes locales, se escucharon sus demandas y se les ofreció una mayor participación en el partido. Esta estrategia no solo permitió acabar con el poder de Susana Díaz en la región, sino que también consiguió templar al partido y unir a todas las fuerzas para conseguir una victoria histórica en las elecciones.
El resultado de esta estrategia fue sorprendente. El PSOE consiguió 47 escaños en las elecciones andaluzas, lo que supuso un aumento de 12 diputados respecto a las elecciones anteriores. Además, se convirtió en la fuerza más votada en todas las provincias de la región, algo que no ocurría desde hacía más de 30 años.
Esta victoria no solo supuso un cambio en el gobierno de Andalucía, sino que también tuvo un gran impacto en el panorama político nacional. Fue un claro mensaje de que el PSOE estaba de vuelta y que Pedro Sánchez era el líder que el partido necesitaba para recuperar su fuerza y su esencia.
En definitiva, la estrategia del tablero de juego fue clave para la victoria del PSOE en Andalucía. Una estrategia innovadora, arriesgada y audaz que permitió acabar con el poder de Susana Díaz y conseguir una victoria histórica en las elecciones. Un ejemplo de que, con una buena estrategia y un equipo unido, todo es posible.