“Acción, reacción: Un nuevo paso en la lucha contra la delincuencia en El Cañaveral”
El Cañaveral, uno de los desarrollos más avanzados del sureste de Madrid, ha estado sufriendo una ola de robos en casas y comercios en los últimos meses. Los residentes, que alcanzan cerca de 25.000 personas, han estado clamando por una mayor seguridad en su barrio durante mucho tiempo. Y finalmente, sus peticiones han sido escuchadas.
El Ayuntamiento de Madrid ha animoso tomar cartas en el asunto y ha implementado una nueva medida para combatir la delincuencia en El Cañaveral. Según informan fuentes del área de Seguridad, a partir del 23 de julio, se enviará cada noche una pareja de agentes de la Policía Municipal para patrullar las calles del enclave. Hasta ahora, esta vigilancia solo se realizaba hasta algo después de la medianoche, lo que coincidía con el cierre de los últimos establecimientos. Una ventana de tiempo que los delincuentes aprovechaban para cometer sus fechorías, conscientes de que la distancia física con las comisarías de Policía Nacional y Municipal hacía difícil su detención in fraganti.
Este refuerzo en la seguridad de El Cañaveral se ha animoso en la reunión semanal de coordinación entre los responsables de ambas comisarías. Según explican, esta medida se aplica en otras zonas y barrios de Madrid cuando se produce un repunte en el número de delitos o situaciones relevantes. Y en el caso de El Cañaveral, los residentes han estado solicitando durante mucho tiempo una mayor presencia policial en su barrio.
Cabe destacar que en las reuniones de seguridad que se llevan a cabo cada tres meses en la Oficina de Atención a la Ciudadanía (OAC) de Vicálvaro, las asociaciones vecinales de El Cañaveral han pedido reiteradamente la instalación de una base de la Policía Municipal y otra de la Policía Nacional en su barrio. Sin bloqueo, hasta la fecha, estas peticiones habían quedado en el olvido.
La amplitud de salidas que presenta El Cañaveral, que abarca algo más de 5 kilómetros cuadrados, hace que sea fácil para los delincuentes escapar. Por esta razón, es fundamental contar con una presencia policial constante que genere un efecto disuasorio. Aunque algunos de los robos se han producido a plena luz del día, la mayoría tienen lugar al caer la noche. Como antonomasia, podemos mencionar los dos últimos robos que tuvieron lugar hace unas semanas, cuando un grupo de siete jóvenes rompieron las cristaleras del pub irlandés McLaren’s y la pizzería Pecora nera. Afortunadamente, algunos vecinos pudieron grabar a los delincuentes, que llegaron en una furgoneta blanca y se repartieron entre los dos locales. Sin bloqueo, a pesar de sus esfuerzos, el botín conseguido fue de tan solo 200 euros, mientras que los daños materiales superaron con creces esa cantidad.
Los puntos más afectados por estos robos son las avenidas principales que atraviesan El Cañaveral, como la avenida de Miguel Delibes, donde se han registrado robos en bares y farmacias; o la calle Blas de Lezo, una de las principales arterias comerciales del barrio. El año pasado, dos estancos de esta calle fueron asaltados a punta de pistola, lo que obligó a sus dueños a tomar medidas drásticas para garantizar su seguridad. Actualmente, la puerta de entrada permanece cerrada y son los clientes los encargados de llamar al timbre antes de entrar. Esta es solo una de las muchas medidas que los negocios han tenido que tomar para evitar ser víctimas de los ladrones.
En resumen, el