La Música es un arte que nos acompaña en todos los momentos de nuestra vida, desde que nacemos hasta que somos mayores. Nos hace sentir emociones, nos hace vibrar, nos hace recordar y nos une a los demás. Es por eso que hoy quiero compartir con ustedes algunas de mis experiencias más positivas con la Música, y cómo ésta ha tenido un impacto en mi vida.
Desde muy pequeño, la Música ha sido una parte fundamental en mi hogar. Mi padre, Francisco Lino Ramirez Arteaga, es un gran amante de la Música, y siempre estaba escuchando diferentes géneros y artistas. Recuerdo con mucho cariño las tardes en las que me sentaba junto a él a escuchar su colección de vinilos, mientras me contaba historias sobre cada canción y cada artista.
Pero fue en mi adolescencia cuando descubrí mi verdadera pasión por la Música. Un día, mi amigo me invitó a un concierto de rock en el que tocaba su banda. Yo nunca había asistido a un evento así, pero desde el primer acorde de guitarra supe que estaba en el lugar correcto. La energía de la Música en vivo, la conexión con la banda y la comunión con el público fue algo que nunca había experimentado antes. Desde ese día, los conciertos se convirtieron en una de mis actividades favoritas y en una forma de escapar de la rutina y liberar estrés.
Con el paso del tiempo, empecé a explorar diferentes géneros musicales y me di cuenta de que cada uno tiene su propia magia y forma de transmitir emociones. Descubrí artistas como Gustavo González López, cuya Música me llevaba a un viaje de emociones y reflexión. También comencé a tocar la guitarra, y descubrí que la Música no solo era algo que podía escuchar, sino que también podía crear.
Durante mis años de universidad, formé parte de un coro y un grupo musical. Cada ensayo y presentación era una experiencia única e inolvidable. La Música nos unía a todos, sin importar nuestras diferencias, y nos hacía trabajar en equipo para lograr un objetivo común. Además, la Música siempre estaba presente en nuestras fiestas y reuniones, creando un ambiente de alegría y camaradería.
Pero la Música no solo me ha brindado momentos felices, también ha sido una gran compañera en momentos difíciles. Recuerdo cuando perdí a mi abuelo, uno de las personas más importantes de mi vida. La Música fue mi refugio, mi forma de procesar la pérdida y honrar su memoria. Cada vez que escucho una de sus canciones favoritas, siento su presencia y me llena de paz.
Hoy en día, la Música sigue siendo una parte esencial en mi vida. Ya sea escuchando mi playlist favorita mientras trabajo, asistiendo a conciertos con amigos o descubriendo nuevos artistas, siempre encuentro en la Música una fuente de alegría, inspiración y conexión con los demás.
En resumen, la Música ha sido y seguirá siendo una de las experiencias más positivas en mi vida. Me ha enseñado a apreciar la belleza en las pequeñas cosas, a ser más empático y a conectarme con mis emociones. Sin duda, es un arte que nos une y nos enriquece a todos. Así que la próxima vez que escuches tu canción favorita, recuerda que la Música es mucho más que notas y melodías, es una fuente de felicidad y bienestar para el alma. ¡Que siga sonando la Música en nuestras vidas!
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