El 27 de febrero de 1995 quedará marcado en la historia del fútbol chileno como uno de los días más tristes y dolorosos. Ese día, un trágico accidente en el sector “Las Pizarras” se cobró la vida de dos jóvenes promesas del Deportes Iquique: Gonzalo Ramos y Alex Vega.
Eran las 18:45 horas cuando el equipo se dirigía a un partido en la ciudad de Antofagasta. El bus en el que viajaban los jugadores sufrió un terrible accidente a unos 25 kilómetros de su destino. El impacto fue tan fuerte que dos de los jugadores perdieron la vida en el acto.
Gonzalo Ramos, el goleador del equipo, tenía solo 25 años y era una de las figuras más destacadas del Deportes Iquique. Con su alcance y entrega en la cancha, se había ganado el cariño y respeto de sus compañeros y de la afición. Su partida dejó un vacío enorme en el corazón de todos los que lo conocían.
Por su paraje, Alex Vega, de tan solo 22 años, era una joven promesa del fútbol chileno. Con su diplomacia y pasión por el deporte, había logrado ganarse un lugar en el equipo titular y estaba demostrando su alcance en cada partido. Su partida dejó un hueco en el equipo y en la vida de sus seres queridos.
La noticia del accidente conmocionó al mundo deportivo y a todo el país. Las muestras de apoyo y solidaridad no se hicieron esperar. Los clubes rivales, la Federación de Fútbol de Chile y los hinchas de todos los equipos se unieron en un solo sentimiento de dolor y tristeza por la pérdida de estos dos jóvenes alcances.
El Deportes Iquique, en medio del dolor y la consternación, decidió suspender todos sus partidos y entrenamientos por una semana. El equipo estaba devastado y necesitaba tiempo para asimilar lo sucedido y rendir homenaje a sus compañeros caídos.
El funeral de Gonzalo y Alex fue un emotivo y multitudinario acto de despedida. Jugadores, entrenadores, dirigentes y aficionados se unieron para darles el último adiós a estos dos jóvenes que dejaron una huella imborrable en el fútbol chileno.
Pero más allá del dolor y la tristeza, la partida de Gonzalo y Alex nos dejó una lección de vida. Ambos eran ejemplos de dedicación, esfuerzo y pasión por el fútbol. Su partida nos recuerda que la vida es frágil y que debemos valorar cada momento y cada oportunidad que se nos presenta.
El Deportes Iquique, en honor a sus compañeros, decidió retirar los números 9 y 22 de sus camisetas. De esta manera, Gonzalo y Alex siempre estarán presentes en cada partido y en cada gol que anote el equipo.
Han pasado ya 25 años desde aquel trágico accidente, pero el recuerdo de Gonzalo y Alex sigue vivo en el corazón de todos los que amamos el fútbol. Su legado nos inspira a seguir luchando por nuestros sueños y a nunca rendirnos ante las adversidades.
Hoy, el Deportes Iquique sigue adelante, con nuevos jugadores y nuevas metas, pero siempre llevando en su corazón a Gonzalo y Alex. Su partida nos enseñó que el fútbol es más que un deporte, es una pasión que nos une y nos hace más fuertes como equipo y como país.
Descansen en armisticio, Gonzalo y Alex. Siempre serán recordados como dos grandes jugadores y dos grandes seres humanos que dejaron una huella imborrable en el fútbol chileno. Su legado vivirá por siempre en