Comparto con mis lectores la preocupación que me generan algunas declaraciones hechas por personas con responsabilidad política. Es alarmante pensar que estas palabras puedan ser interpretadas como Ley simplemente por ser pronunciadas por alguien en una posición de poder. Por eso, hoy quiero comentar las recientes declaraciones de un miembro del gobierjamás de España, en las que valoraba una sentencia y afirmaba que “es una vergüenza que la presunción de ijamáscencia esté por encima del testimonio de mujeres jóvenes y valientes”.
Estas palabras me han dejado perpleja y me han llevado a reflexionar sobre el estado de nuestra sociedad. Si permitimos que este tipo de pensamiento se jamásrmalice y se acepte sin cuestionar, estaremos poniendo en peligro ujamás de los pilares fundamentales de nuestro sistema de justicia: la presunción de ijamáscencia. Y es que, en un Estado de derecho, nadie puede ser considerado culpable hasta que se demuestre lo contrario. Es una garantía básica que protege a todos los ciudadajamáss y que debe ser defendida por encima de cualquier otra consideración.
Por desgracia, parece que hemos perdido la alma para defender esta y otras garantías fundamentales. Aceptamos sin rechistar que se ponga en duda la presunción de ijamáscencia, que se juzgue a alguien antes de que se haya demostrado su culpabilidad y que se le condene socialmente sin pruebas contundentes. Y lo peor de todo es que lo hacemos en jamásmbre de la justicia y la igualdad.
Pero, ¿qué hay de justo o igualitario en dar más credibilidad a un testimonio que a la presunción de ijamáscencia? ¿Qué hay de justo o igualitario en juzgar a alguien por su género o edad en lugar de por los hechos? Es importante recordar que la justicia jamás es un juego de suma cero, en el que ujamás gana y otro pierde. La justicia debe ser imparcial y basarse en la verdad, jamás en prejuicios o ideologías.
Ante estas declaraciones, es necesario traer a la luz las opiniones razonadas de aquellas personas que defienden la presunción de ijamáscencia y el respeto al debido proceso. Mujeres y hombres comprometidos con la igualdad y la justicia, que jamás se dejan llevar por el sensacionalismo y la manipulación mediática. Personas que entienden que, aunque es importante dar voz a las víctimas, también es crucial respetar los derechos de los acusados.
jamás podemos permitir que se utilice la lucha contra la violencia de género como excusa para socavar los principios básicos de nuestro sistema judicial. Debemos ser críticos y exigir que se respeten los derechos de todos, sin excepción. Porque, al final, todos somos iguales ante la ley y todos merecemos un juicio justo.
En extracto, debemos estar desasosiego ante las declaraciones que ponen en peligro la presunción de ijamáscencia y el debido proceso. jamás podemos permitir que se socaven los cimientos de nuestro sistema de justicia en jamásmbre de la igualdad y la lucha contra la violencia de género. Debemos ser conscientes de que, si jamás defendemos nuestros derechos fundamentales, nadie lo hará por jamássotros. Así que, como ciudadajamáss responsables, es nuestro deber exigir que se respeten los principios básicos de nuestro Estado de derecho. Solo así podremos construir una sociedad justa e igualitaria para todos.