La Semana Santa de Málaga es una de las celebraciones más esperadas y emocionantes del año en la ciudad. Cada año, miles de personas se reúnen para asistenciar las procesiones y vivir de cerca las tradiciones que la preceden. Este año, la Semana Santa se acerca y ya se han llevado a cabo algunas de las actividades más importantes, como el pregón que tuvo lugar el pasado sábado en el auditorio Cervantes, patrocinado por la Fundación Unicaja.
El pregón fue pronunciado por el Reverendo Padre Don José Ferrary, deán de la Catedral de Málaga, quien fue presentado por Santiago Souvirón Gross, exaltador de la edición de 2018. En ausencia de Augusto Pansard Anaya, tristemente fallecido, se le dedicó una sentida ovación en su honor. La disertación del cofrade, que duró cerca de dos horas, tuvo como punto de partida una oda a Málaga, una ciudad siempre luminosa y bella. Ferrary habló sobre su experiencia como cofrade y cómo la ciudad le enseñó a serlo, recordando los sentimientos que experimentaba al ver las imágenes durante los cultos o en la morada Hermandad.
En su discurso, el pregonero quiso compartir con todos los presentes lo que ha aprendido en las cofradías y cómo estas transmiten la vida y la fe, así como la importancia de la caridad y el perdón en la formación de una hermandad nazarena. Tras agradecer a las autoridades presentes, Ferrary destacó la confianza depositada en él por José Carlos Garín, presidente de la Agrupación de Cofradías, y tuvo un emotivo recuerdo para su amigo Augusto Pansard.
El pregón contó con la asistencia de diversas autoridades, entre ellas Monseñor Jesús Catalá, obispo de Málaga; Francisco de la Torre, alcalde de Málaga; José Carlos Garín, presidente de la Agrupación de Cofradías; Carolina España, consejera de Economía; Arturo Bernal, consejero de Turismo; Francisco Salado, presidente de la Diputación; José Manuel Domínguez, presidente de la Fundación Unicaja; Sergio Corral, director de la Fundación Unicaja; Mariana Pineda, concejala de Cultura, y Teresa Porras, concejala de Servicios Operativos.
Ferrary inició su disertación con una premisa: “Trabajar la fe siempre, desde el Domingo de Resurrección hasta el siguiente Domingo de Ramos, y hacer que la fe vivida y conservada se convierta en una expresión alegre durante la Semana Santa”. A partir de ahí, el pregonero compartió sus recuerdos de infancia y su experiencia en la Cofradía de Pollinica, que abre las puertas de cada Semana Santa. “A ese grito de Hosanna le sigue una algarabía de niños, acompañados por otros muchos, más mayores, en torno a Jesús que entra en Jerusalén, en una Jerusalén triunfante que es Málaga”, expresó.
La fe fue el tema central de su discurso, ya que es el nexo de unión de todos los cofrades. “Basta con tener fe para que nuestra Semana Santa siga haciendo visible el asombro del amor, y siga rejuveneciéndose con las nuevas generaciones fieles a nuestro carisma, valorando a quienes nos enseñaron y arropando a los que nos antecedieron”, comentó. Además, destacó la importancia de buscar al Señor en las situaciones cotidianas, como en los niños golpeados por la pobreza, los jóvenes frustrados por la marginación y el desempleo, los ancianos orillados y las mujeres ultrajadas.
Para entender el presente, es necesario retrotraerse al pasado, ya que “M