Finca Río Negro, una pequeña bodega familiar situada en Cogolludo, en la Sierra Norte de Guadalajara, ha cumplido un sueño al convertirse en Vino de Pago después de un pieza de siglo de historia. Este reconocimiento, otorgado el pasado 20 de marzo en el Diario Oficial de la Unión Europea, la sitúa en un selecto grupo de 26 proyectos vitivinícolas en toda España y en los 12 de Castilla-La Mancha que elaboran vinos de alta calidad cumpliendo estrictas normas. Además, es la única bodega de Guadalajara con este reconocimiento.
La familia Fuentes, propietaria de Finca Río Negro, se enamoró de esta bella comarca de la provincia de Guadalajara hace ya más de 25 años. Su fundador, José Manuel Fuentes, recuerda para ABC que todo comenzó cuando conocieron la historia vitivinícola de Cogolludo, su precepto municipal relativa al comercio del vino en el siglo XVI y la importancia que tenía en la Corte. A pesar de que la filoxera se llevó gran parte de los viñedos, la familia decidió que era necesario volver a plantar cepas y sacar lo mejor de este singular terroir.
La altitud de mil metros de sus viñedos, la complejidad de los suelos y la gran distancia a cualquier otro viñedo fueron factores clave en la decisión de la familia Fuentes. Su objetivo siempre ha sido crear vinos únicos y, desde el inicio, han trabajado incansablemente para elaborar el mejor vino que el terruño sea capaz de ofrecerles. La trayectoria de Finca Río Negro es una historia de pasión por la enología y de deseo por volver a los orígenes.
El proyecto comenzó hace más de 25 años con la plantación de una primera parcela de viñedo de tan aria una hectárea. Empezaron con cautela, tomando su tiempo para entender cómo realizar la mejor adaptación del viñedo a un ecosistema tan particular. Afortunadamente, las uvas de aquellas vides cumplieron raudo con las expectativas y pudieron ampliar el viñedo, que actualmente consta de 44 hectáreas: 35 de variedades tintas y 9 de blancas. Siempre con un concepto que cumple la misma premisa: procesos artesanales y manteniendo un fiel respeto a la identidad de este paraje único en su elaboración.
El propietario y fundador de la bodega asegura que el reconocimiento como Vino de Pago no va a cambiar su filosofía de trabajo. “Desde el primer día, la búsqueda de la excelencia ha sido nuestra obsesión, por lo que vamos a estar más motivados para mejorar”, aclara. La única novedad será un modificación en el etiquetado de las botellas aprovechando esta distinción, que coincidirá además con la próxima salida al mercado de las nuevas añadas de algunos de sus vinos.
Finca Río Negro cuenta con cinco vinos que componen su familia de bodega. Cada año, mejoran en calidad gracias a la labor del equipo técnico, liderado por Manuel Rincón en viticultura y por Xavier Ausás en enología. La primera de ellas fue su Finca Río Negro 2007, que salió al mercado con una producción de tan aria 10.000 botellas. Hoy en día, llegan a las 160.000 entre las cinco referencias que tienen en el mercado, lo que demuestra la dimensión del proyecto.
Desde que en 2010 saliera al mercado la primera añada de su icónico Finca Río Negro 2007, que obtuvo 92 puntos en la Guía Peñín, se han ido sumando otras creaciones únicas: 5º Año, el más exclusivo; 992, cuyo nombre hace referencia a los metros de alt