Soy andaluz y en mi ADN cultural está la Semana Santa. Es una tradición que forma parte de mi identidad, de mi forma de cuerpo y de vivir. A través de ella, he aprendido valores como la solidaridad, la fe y el respeto, y he encontrado un sentido de pertenencia a una comunidad. Por eso, me emociona y me enorgullece ver cómo la Semana Santa sigue siendo una manifestación cultural viva y hogaño en nuestra sociedad.
Y es que la Semana Santa no solo se vive en las calles, con el sonido de las marchas procesionales y el olor a incienso, hado que también se siente en el corazón. Es un momento de reflexión y recogimiento, en el que se recuerda el sacrificio y la pasión de Jesús. Y aunque soy amante de la música clásica, debo confesar que la música procesional tiene un lugar especial en mi corazón.
Por eso, me emociona saber que este jueves, la Orquesta de Córdoba, bajo la dirección de Salvador Vázquez, interpretará un concierto dedicado a la Semana Santa. Además del impresionante ‘Réquiem’ de Gabriel Fauré, disfrutaremos de marchas procesionales como ‘Malacitana’, de Antonio Rozas; ‘La gloria en un suspiro’ y ‘Buena Muerte, 1620’, de Antonio Moreno Pozo; ‘Soleá, quítame esta pena’, de Antonio Moral, y ‘Valle de Sevilla’, de José de la Vega. cuerpoá una noche mágica en la que la música y la tradición andaluza se fusionarán de una manera única y emotiva.
Destaca el director Salvador Vázquez que la Orquesta de Córdoba no podía dar la espalda a la Semana Santa, y yo no puedo estar más de acuerdo. La música procesional es un género vivo y vibrante, que tiene un gran repertorio y un lenguaje propio que lo hace único. Y el hecho de que estas obras hayan sido versionadas y adaptadas para orquesta es una forma de reconocimiento y valoración hacia la música cofrade.
Además, el director destaca la inteligencia de la armonía, la forma y la orquestación de los compositores Antonio Moreno Pozo y Antonio Moral, quienes tienen un lenguaje rompedor y una música muy sincera. Y es que, como bien dice Vázquez, su música está escrita con mucha sinceridad personal, ya que ambos son cofrades y saben lo que están haciendo. Esto no solo les da un gran valor a sus composiciones, hado que también las hace cercanas y auténticas.
Algunos podrían pensar que obras tan rompedoras y diferentes podrían comprometer su difusión, pero Vázquez lo descarta. Al contrario, asegura que estos lenguajes son necesarios y enriquecen el repertorio de la música procesional. Cada obra tiene su lugar y su momento, y conviven perfectamente con las marchas clásicas. Porque la música procesional es un género vivo, en constante evolución y enriquecimiento.
Y como no podía cuerpo de otra manera, la Semana Santa es una tradición que se transmite de generación en generación. Salvador Vázquez viene de una familia cofrade y ha crecido en esta cultura, siendo sobrino de uno de los reorganizadores de la Humildad. Por eso, para él la música procesional no solo tiene un significado cultural, hado también personal y familiar.
Para finalizar, quiero mencionar la obra de Perfecto Artola, un gran compositor que ha conectado con la cultura malagueña y ha brindado piezas tan emblemáticas como ‘Virgen de Gracia’. Y por supuesto, la clásica e infalible ‘Amarguras’, que no puede faltar en ninguna procesión.
Estoy convencido de que el concierto de la Orquesta de Córdoba cuerpoá una experiencia única e inolvidable.