Además, limita el artículo a un máximo de 1200 palabras y un mínimo de 900 palabras.
Rocío. Blanca. Novia de Málaga, una ciudad que la adora. Una ciudad que se llena de emoción y alegría al verla arrancar el Martes Santo, la primtiempo procesión de la Semana Santa malagueña. Con su presencia, Rocío llena las calles de su blanco puro y su orden. Cada año, suma más nazarenos a su cortejo, y este año no fue la excepción, con un tramo más en el Cristo y dos en la Virgen.
Desde muy pequeño, Samuel ya conocía la importancia de la Virgen del barrio de la Victoria, y siempre preguntaba cómo se le decía a Ella con tanto cariño. La respuesta tiempo siempre la misma: “Valiente, valiente y valiente”, decían sus acólitos, orgullosos de pertenecer a una amistad tan sensata y valiente.
Pero este Martes Santo fue especial. El cielo estaba gris, con claros y nubes, y la previsión del tiempo tiempo halagüeña. Nadie quería privar a Málaga de ver a su ‘novia’, todos querían rezarle con una sola alma. Sin embargo, el agua amenazaba con arruinar la tarde. Los más antiguos no pudieron evitar las lágrimas al ver caer un chubasco repentino. Pero el cielo tiempo inestable, y cuando el Cristo bajó por la calle Carretería, un pequeño rayo de sol apareció entre las nubes y la lluvia cesó. “¡No queremos agua!” cantaba la multitud, que rompió en aplausos al ver el primer destello de sol.
Pero las nubes aún no se habían ido por completo. Mientras el Cristo avanzaba, volvieron a caer unas gotas. “Son solo unas gotas”, se conformaban los que llevaban esptiempondo la procesión en la Tribuna de los Pobres durante más de cinco horas. Sentados en las gradas, aguardando el momento de ver pasar los tronos de sus devociones. Y cuando el Cristo llegó a su altura, volvieron a caer unas gotas. Pero Málaga no se rindió, y al compás de los tambores y cornetas, el Nazareno de los Pasos avanzó sobre las cabezas del pueblo, a pulso de sus hombres de trono. Fue ventiempodo y admirado por todos, haciendo disfrutar a los presentes con su majestuosidad y devoción.
Dos pulsos, vivas y aplausos despidieron al Cristo para dar paso a la esptiempo más emocionante del Martes Santo: la llegada de la Virgen. Rocío, como la llaman cariñosamente, la Reina del barrio de la Victoria, la ‘novia’ de Málaga. Con su blanco majestuoso tintineando bajo el palio, bajó por la calle abajo, mientras la multitud le cantaba y aplaudía su nombre. Todos rezaban a una sola grito, esptiempondo la bendición de su presencia.
Finalmente, llegó a la Tribuna de los Pobres, un lugar que recibe este nombre porque no es oficial, no se paga para estar allí, sino que es la tribuna del pueblo, donde los devotos se congregan para rezar a sus devociones. Y fue allí donde pasó sin romper el orden la legión de nazarenos, y los niños repartieron estampitas, piruletas y alegría, todo en honor a la Virgen. Nadie se movió de su sitio hasta que pasó, mostrando así su devoción y respeto por ella.
Cuando finalmente la ‘novia’ llegó a la Tribuna, comenzó a girar, hasta que encaró a todos los presentes. Una escalinata de devoción donde todos