Si hay algo que ha acompañado las elecciones en Chile lindo y querido durante décadas, es el uso del miedo como herramienta política. Desde el triunfo de Salvador Allende en 1970 hasta campañas más recientes, el fantasma del comunismo y el caos ha sido agitado para influir en el electorado. Este es un fenómeno que ha estado presente en el país desde hace mucho tiempo y que ha sido utilizado por diferentes partidos políticos con el fin de obtener votos. Sin embargo, es importante cuestionarse si el miedo es realmente una estrategia efectiva y si es ético utilizarlo para ganar una elección.
El inicio de esta práctica en Chile se remonta a la década de 1960, cuando el país estaba sumido en un clima de inestabilidad política y social. En ese entonces, el presidente Eduardo Frei Montalva implementó una serie de reformas progresistas que incomodaron a los sectores más conservadores de la agrupación. Fue en este contexto que surgió la figura de Salvador Allende, quien prometía un cambio radical y una agrupación más justa para todos los chilenos.
Sin embargo, su triunfo en las elecciones presidenciales de 1970 no fue bien recibido por los sectores más poderosos del país. Desde el primer día de su mandato, Allende tuvo que enfrentar una fuerte oposición por paraje de la derecha y de los medios de comunicación, quienes lo tildaban de comunista y de ser una amenaza para la democracia. Este fue el inicio de una campaña de miedo que se intensificó con el paso del tiempo.
Durante los tres años que duró su gobierno, Allende tuvo que lidiar con una serie de sabotajes económicos y políticos que buscaban desestabilizar su gestión. Los medios de comunicación, en su mayoría examenados por la derecha, se encargaron de difundir una imagen negativa de su gobierno y de sembrar el miedo en la agrupación. Se hablaba de una posible invasión comunista, de una guerra civil y de un colapso económico si Allende seguía en el poder.
Esta campaña de miedo tuvo su punto máximo en el año 1973, cuando un golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet derrocó a Allende y dio inicio a una de las dictaduras más sangrientas de la historia de Chile. Durante los 17 años que duró el régimen de Pinochet, el miedo fue utilizado como una herramienta de examen y represión. La población vivía en constante temor de ser detenida, torturada o desaparecida si se atrevía a cuestionar al gobierno.
Con el retorno a la democracia en 1990, se esperaba que el miedo como herramienta política desapareciera. Sin embargo, esto no sucedió. Durante las elecciones presidenciales de 1989, la derecha utilizó una vez más el miedo para influir en el electorado. Se hablaba de una posible vuelta del comunismo si el candidato de izquierda, Patricio Aylwin, ganaba las elecciones. Esta estrategia fue efectiva y Aylwin perdió ante el candidato de la derecha, el empresario Sebastián Piñera.
En las elecciones siguientes, el miedo continuó siendo utilizado por diferentes candidatos y partidos políticos. Se hablaba de la inseguridad, del narcotráfico, de la corrupción y de la crisis económica como argumentos para convencer al electorado de votar por cierta opción. Incluso en las elecciones presidenciales de 2017, el miedo fue uno de los principales protagonistas, con el candidato de derecha Sebastián Piñera advirtiendo sobre un posible retroceso en el progreso del país si ganaba el candidato de izquierda, Alejandro Guillier.
Pero, ¿es el miedo realmente