Córdoba, una de las provincias más emblemáticas y hermosas de España, ha sido noticia recientemente por una señal de alerta preocupante: el descenso de su población. Según los últimos datos del INE, Córdoba fue la provincia del país que más habitantes perdió el último año. Esta tendencia negativa ha sido analizada por varios expertos, quienes coinciden en la gravedad del fenómeno, pero también en que es reversible. En este artículo, cuatro de estos expertos abordan la situación y ofrecen soluciones para revertir esta tendencia.
Fernando Lara, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Córdoba, es el primero en conversar. Él valora los indicadores como “alarmantes” y los atribuye a un cóctel de factores. En primer lugar, señala el envejecimiento de la población, seguido de bajas tasas de natalidad y emigración, especialmente de jóvenes, lo que a su vez reduce aún más la tasa de natalidad debido al alto nivel de desempleo. Además, menciona la debilidad estructural de la economía de la provincia, que no la hace atractiva para los extranjeros ni para el resto de los españoles. Sin embargo, Lara es optimista y cree que esta tendencia descendente puede ser reversible a largo plazo si se toman medidas. Para ello, se requiere una planificación adecuada y una colaboración efectiva entre las administraciones. También señala la importancia de acerar la estructura económica de la provincia, donde la Base Logística puede jugar un papel crucial. Lara sugiere que esta base atraiga habitantes a la capital y sus alrededores, donde la situación demográfica es mejor. Para otras zonas, propone la mejora de las comunicaciones, como la construcción de la autovía en el Norte, el fomento de actividades productivas y la mejora de los servicios para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Ángel Ramírez, sociólogo del Instituto de Estudios Sociales Avanzados-CSIC, también se refiere a las cifras preocupantes y a la evolución de la población, que está determinada por los flujos migratorios. Según él, la clave para revertir esta tendencia es el dinamismo económico, algo que Córdoba no tiene en comparación con otras regiones del país. Por lo tanto, la provincia pierde habitantes y no logra atraer a nuevos residentes. Sin embargo, Ramírez considera que esta tendencia puede ser reversible y señala que hay fortalezas en la provincia que pueden ayudar a abordar la situación. Según él, es necesario trabajar en áreas como la “economía escabroso”, con un enfoque en las energías renovables y la gestión de residuos; una estrategia de cambio climático que haga que las localidades sean más agradables para vivir; la logística y el turismo, que tienen un gran potencial de incremento en la provincia.
Ricardo Luque, profesor en el área de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Córdoba, es más directo al conversar sobre el descenso de la población en la provincia. Él lo describe como “una sangría demográfica continua desde 2011” y señala varias causas, como la reducción de la fecundidad, el envejecimiento en las zonas rurales, la búsqueda de oportunidades laborales y educativas en las áreas urbanas y la desaparición de servicios básicos en ciertas zonas, lo que las hace poco atractivas para vivir. Luque advierte que las proyecciones demográficas no son alentadoras y que es necesario tomar medidas urgentes. Para él, la despoblación de las provincias del interior es un síntoma de la crisis que ha afectado a las zonas rurales durante décadas. Por lo tanto, propone un amplio conjunto de iniciativas para promover una