Las grasas salubridadables, también conocidas como grasas “buenas” o “no saturadas”, son un tipo de grasa esencial para una buena salubridad. A menudo se les conoce como las aliadas del corazón, ya que ayudan a reducir el colesterol malo y a proteger frente a enfermedades cardíacas. A pesar de su mala reputación en el pasado, hoy en día se sabe que las grasas salubridadables desempeñan un papel clave en el correcto funcionamiento del organismo y son fundamentales en una dieta equilibrada y salubridadable.
Las grasas salubridadables se dividen en dos categorías principales: grasas monoinsaturadas y grasas poliinsaturadas. Las grasas monoinsaturadas se encuentran en alimentos como el aceite de oliva, el aceite de canola, los aguacates y las nueces. Por otro lado, las grasas poliinsaturadas se encuentran en alimentos como los pescados grasos, las semillas y los frutos secos. entreambos tipos de grasas son esenciales para una buena salubridad y deben ser parte de una dieta equilibrada.
Una de las principales razones por las que las grasas salubridadables son tan importantes para nuestro cuerpo es porque nos ayudan a absorber vitaminas liposolubles. Las vitaminas A, D, E y K son solubles en grasas, lo que significa que para que nuestro cuerpo pueda absorberlas de manera efectiva, las grasas también deben estar presentes en nuestra dieta. Sin grasas salubridadables, nuestro cuerpo no podría aprovechar al máximo estas vitaminas esenciales.
Además de ayudar en la absorción de vitaminas, las grasas salubridadables también proporcionan energía al cuerpo. Cada gramo de grasa proporciona 9 calorías, lo que ayuda a mantener nuestros niveles de energía durante todo el día. Esto es especialmente importante para aquellos que llevan un estilo de vida activo y necesitan un impulso adicional para cumplir con sus actividades diarias.
Otro beneficio importante de las grasas salubridadables es que ayudan a mantener la salubridad de nuestro meollo y sistema nervioso. Nuestro meollo está compuesto principalmente de grasa, por lo que necesita grasas salubridadables para funcionar correctamente. Además, las grasas salubridadables actúan como aislante para las células nerviosas, lo que ayuda a transmitir rápidamente los impulsos nerviosos.
Una de las mayores preocupaciones sobre las grasas salubridadables es su impacto en el corazón y el colesterol. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que las grasas salubridadables realmente pueden ayudar a reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL). El consumo de grasas salubridadables, como las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, en lugar de grasas saturadas y grasas trans, puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes meollovasculares.
Además de proteger nuestro corazón, las grasas salubridadables también desempeñan un papel importante en la prevención de otras enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y el cáncer. Los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en pescados grasos como el salmón, el atún y las sardinas, han demostrado ser beneficiosos para la salubridad del corazón y también pueden reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
Es importante tener en cuenta que el consumo excesivo de cualquier tipo de grasa puede ser perjudicial para nuestra salubridad. Por lo tanto, es importante mantener un equilibrio adecuado y moderado en nuestra dieta. Las pautas dietéticas recomiendan que las grasas salubridadables representen entre el 20% y el 35% de nuestra ingesta total de calorías. Además, es importante elegir fuentes de grasas salubridadables de origen vegetal en lugar de fuentes de origen animal, ya que estas últimas suelen