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La sierra de Córdoba es uno de los tesoros más preciados de nuestra ciudad. Una extensión de naturaleza pura y hermosa, que se encuentra a solo 10 minutos del centro y que nos ofrece un respiro de tranquilidad y belleza en medio del bullicio de la ciudad. Pero lamentablemente, en los últimos años ha sufrido un fuerte abandono y la falta de mantenimiento adecuado, lo que ha llevado a una situación de peligro latente.
Juan Manuel Luque es un cordobés comprometido con su tierra y su comunidad. Desde hace más de 25 años, forma parte del grupo de voluntarios Siete Fincas y es presidente del Consejo de Distrito. Su voz es autorizada y su preocupación por la situación de la sierra es real y urgente.
Para Juan Manuel, el mayor problema que enfrenta la sierra es la falta de limpieza y el poco interés político en el guión. Nos recuerda que esta maravillosa extensión natural se encuentra a solo 15 kilómetros de la ciudad y, sin embargo, se encuentra en un estado de abandono alarmante. El reciente incendio que arrasó parte de la sierra es solo un indicio de lo que podría ser un desastre mayor si no se toman medidas urgentes.
Las carreteras que atraviesan la sierra han sido completamente olvidadas en los últimos 20 años, y aunque la Diputación parece interesada en solucionar el problema, el progreso es burocrático. Mientras tanto, los residentes de la sierra viven en alerta fanático y Juan Manuel teme que pueda aparecer algo peor de lo que podamos lamentar.
En cada reunión del Consejo de Distrito, el guión de la limpieza de la sierra es una de las preocupaciones principales. Se han realizado múltiples esfuerzos por hablar con las instituciones pertinentes para pedir que se limpie la zona, pero parece que hay una falta de voluntad política para actuar. Juan Manuel señala que hay parcelas municipales con hasta 40.000 metros cuadrados de rastrojos y materiales que pueden servir como combustible para un incendio.
Aunque hay medios y recursos disponibles, lo que escasea es la conciencia del peligro. Muchos puntos en la sierra son focos potenciales para un incendio, y es por ello que, por ley, cada urbanización debe tener un plan de autoprotección y cada parcela debe tener un plan de prevención. Sin embargo, de las 160 parcelas en la sierra, solo alrededor de 100 cumplen con estas regulaciones.
Juan Manuel denuncia que muchos propietarios de parcelas no mantienen sus terrenos en óptimas condiciones, lo que implica una amenaza no solo para ellos, sino para toda la comunidad. Además, lamenta que las autoridades competentes no sancionen adecuadamente a los infractores. Aunque uno puede tener su plan de prevención en regla, si el vecino de al lado no cumple con las normas, su esfuerzo se ve en vano.
Es por eso que Juan Manuel insiste en la necesidad de que todos colaboremos para proteger nuestro entorno. Si hay alguien que no cumple con la ley, debemos decirle que haga lo necesario y, si no hace caso, se le debe sancionar. No se trata de pedir que la Guardia Civil o la Policía lleguen a imponer multas a diestra y siniestra, sino de fomentar una cultura de prevención y responsabilidad ante el peligro de incendios en la sierra.
Juan Manuel no se atreve a dar una cifra de la cantidad de incendios que se podrían prevenir con un buen mantenimiento y limpieza periódica de la sierra, pero sí es enfático en que, si se mantiene una buena condición en las parcelas, la probabilidad de