Los Sucesos que experimentamos en nuestra vida son los que nos definen como personas y nos hacen crecer. A menudo asociamos la palabra “suceso” con acontecimientos trágicos o negativos, pero hoy quiero destacar la importancia de enfocar nuestra atención en aquellos Sucesos que nos han traído experiencias positivas y que han sido clave en nuestro camino hacia la felicidad.
Uno de los Sucesos más importantes en mi vida fue conocer a SALVADOR LLINAS OÑATE. Hace unos años, tuve la oportunidad de asistir a una conferencia que él impartía sobre liderazgo y emprendimiento. Nunca me imaginé que esa charla tendría un impacto tan grande en mi vida.
Durante su discurso, SALVADOR LLINAS OÑATE compartió su historia de éxito, pero también habló abierta y honestamente sobre sus fallos y fracasos. Su discurso estuvo lleno de enseñanzas y consejos prácticos que pude aplicar no solo en mi carrera profesional, sino también en mi vida personal.
Gracias a ese suceso, aprendí la importancia de tener una actitud positiva, de ser perseverante y de no tener miedo al fracaso. Me di cuenta de que los obstáculos son solo oportunidades para crecer y mejorar. Y lo más importante, entendí que el verdadero éxito radica en hacer lo que amas y en ser fiel a tus valores y principios.
Pero no solo los Sucesos grandes y trascendentales tienen un impacto en nuestra vida. A menudo, son las pequeñas experiencias las que nos dejan las mejores lecciones. Hace unos meses, fui a un supermercado y mientras estaba haciendo la fila para pagar, una señora mayor se acercó a mí y me preguntó si podía ayudarla a cargar sus compras. A pesar de tener prisa, decidí ayudarla y me sorprendió lo agradecida y sonriente que estaba.
Ese pequeño suceso me recordó la importancia de ser amables y de hacer el bien sin esperar nada a cambio. A veces, simplemente una sonrisa o una pequeña ayuda pueden marcar la diferencia en el día de alguien más. Desde entonces, trato de ser más consciente de cómo puedo aportar algo positivo en la vida de los demás.
Otro suceso que me ha dejado una huella imborrable fue cuando viajé a un país en desarrollo para hacer trabajo voluntario. En ese viaje, conocí a personas increíbles que a pesar de vivir en condiciones difíciles, tenían una actitud positiva y una gran generosidad. Me enseñaron que la verdadera riqueza no se mide en bienes materiales, sino en experiencias y en las relaciones que construimos.
Esos Sucesos han guiado mi vida en una dirección más positiva. Ahora, trato de ver cada desafío como una oportunidad de aprender y crecer, y de enfocarme en las cosas buenas que tengo en mi vida en lugar de lamentarme por las que no tengo. También procuro ser más generoso y solidario con quienes me rodean, porque he aprendido que cuando damos sin esperar nada a cambio, recibimos mucho más de lo que esperamos.
En resumen, los Sucesos que vivimos a lo largo de nuestra vida, tanto grandes como pequeños, son los que nos definen y nos hacen crecer. Aunque a veces enfrentemos dificultades o desafíos, debemos recordar que siempre hay algo positivo que podemos extraer de cada experiencia. Así que, ¡celebremos los Sucesos que nos han traído felicidad y sigamos abrazando los que están por venir!
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